«Almafuerte» inicia su historia portando un mandato social que fue el de formar maestras rurales. Mientras en el nivel medio en las demás escuelas del país se dedicaban sólo dos años a la especialización docente, la Escuela Normal de Maestras Rurales fue proyectada para cinco años de aprendizaje docente, en doble turno y con internado.

En sus inicios se fijó como propósito original el límite de treinta alumnas, pero la demanda de solicitudes con aspirantes de muy buenos antecedentes hizo que la cifra aumentara rápidamente. Por aquel entonces se seleccionaron de 260 postulantes, que llegaron de distintos puntos de la provincia, las alumnas fundadoras de la Escuela Normal de Maestras Rurales.

Esta institución educativa se organizó como Escuela Normal, de ahí, la inclusión desde primer año, de Observación de la Enseñanza, Pedagogía, Didáctica, Psicología, Puericultura, Literatura Infantil, Arte, Folklore, Coro, Actividades Agropecuarias y Economía Doméstica. También fueron innovaciones la práctica de Dactilografía y los cinco años con inglés. Se apuntaba a la formación profesional para el ejercicio rural de la docencia, ahondándola, pero sin aislarla.

Por resolución provincial del Consejo General de Educación de Entre Ríos Nº 47/62, se crea la escuela Normal de Maestros Rurales, institución inaugurada el 6 de mayo de 1962 con el nombre de «Almafuerte», en homenaje al escritor y periodista Bonifacio Palacios -1854/1917-. Hacía 1994, por Decretos Nº 3995/94 y Nº 3999/94 del Poder Ejecutivo Provincial, se crean los profesorados terciarios de Enseñanza Inicial y de Enseñanza Primaria, ambos con Orientación Rural.

En el año 2000, por Decreto Nº 2974 del Ministerio de Gobierno, Justicia y Educación de Entre Ríos, se transfiere la escuela de nivel medio y terciario al ámbito de la Universidad Autónoma de Entre Ríos. Así pues, desde entonces, los distintos niveles dependen directamente de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, de UADER.

Actualmente la institución cuenta con radio, talleres de comunicación y actividades rurales productivas -jardinería, avicultura, huerta en pequeña escala, cunicultura, apicultura, manejo y conservación de montes nativos, crianza de bovinos y porcinos-.

También se elaboran productos alimenticios e industriales: lácteos, panificación, trapos de pisos. Estos productos se comercializan y abastecen la institución; en este sentido es necesario mencionar también los vegetales que se cultivan de la huerta y la producción de miel.